Fritas o al horno, con diversos ingredientes en su relleno y diversidad en sus tamaños, las empanadas argentinas deleitan a locales y turistas que las prueban buscando encontrar cuál es la mejor de todas ellas.
Si bien hay de infinitos tipos a lo largo y a lo ancho de todo el país, hay algunas que suelen sobresalir a las demás por fama y reconocimiento. Aunque las salteñas y tucumanas suelen ser las más nombradas, hay unas cuantas variedades menos mencionadas que merecen destacarse.
Las tradicionales salteñas se caracterizan por incluir papa y huevo duro, además de morrón, ají molido, cebolla y carne picada de nalga. Las tucumanas, mientras tanto, suelen ser de matambre cortado a cuchillo, con ajo, cebolla, pimiento rojo, sazonados con pimienta y comino.
Si viajamos a La Rioja, podremos encontrar dos variedades muy difundidas: una muy parecida a la fatay o “empanada árabe” y otra “criolla”, que posee carne de cuadril, cebolla, verdeo, huevo duro, papa, aceitunas, morrón y pasas de uva.
En San Juan también le aportan pasas de uva al relleno, pero el toque particular se lo da el ají picante, el orégano y el pimentón dulce. En la vecina provincia de Mendoza son otros amantes de las pasas, pero la carne es de paleta cortada en cubos.
Jujuy se diferencia por utilizar carne de llama y combinarla con arvejas, mientras que en Santiago del Estero existe una receta que lleva carnaza deshilachada condimentada con comino, orégano y pimentón dulce.
En las provincias del Litoral, es común encontrar empanadas de pescados de río, generalmente acompañadas con salsa blanca y combinadas con ciruelas, quesos y algún ají picante.